Celebramos su fiesta el pasado 31 de enero, pero conozcamos su biografía:
(Juan Melchor Bosco Ochienna, también llamado Don Bosco; I Becchi, 1815 - Turín, 1888) Santo, sacerdote y pedagogo italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio campesino, su niñez fue dura, pues después de perder a su padre tuvo que trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar al liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.
En 1835 ingresó en el seminario arzobispal de Turín.
En 1841 fue ordenado sacerdote.
Ya por entonces sentía una viva preocupación por la suerte de los niños pobres de los barrios obreros de Turín, que vivía por aquellos años el auge de la Revolución Industrial, y particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación.
Inspirándose en San Felipe Neri y en el prelado francés San Francisco de Sales
En 1844 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales.
En 1851 estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos
En 1860 fue aprobada la congregación salesiana junto con su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora.
Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres, se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional. Desde el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba «sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.
Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar El joven instruido, del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX.
El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años.
En 1888 San Juan Bosco murió, la madrugada del 31 de enero en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles.
En 1929 fue beatificado.
En 1934 canonizado, durante el pontificado de Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él.
Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.