CONDICIONES PARA LA CONVIVENCIA

Biblioteca juvenil Ilustrada

Nosotros los seres humanos hombres y mujeres, somos seres sociales, es decir, tenemos la posibilidad de expresar y compartir con los demás nuestros pensamientos, experiencias y sentimientos. Tenemos la capacidad de convivir y de vivir con otros en armonía, pues los reconocemos como semejantes capaces de sentir y actuar de manera similar a la nuestra; sin embargo, existe la posibilidad de que cada uno tenga ideas distintas, ya que cada ser humano es único, lo cual puede originar conflictos. Por eso es conveniente buscar y emplear soluciones no violentas para enfrentar y solucionar estas situaciones.


Los “otros” pueden ser nuestros semejantes; aquellos con quienes convivimos cotidianamente: familia, amigos, compañeros de grupo, vecinos, todos aquellos que, a pesar de la distancia, podemos conocer su forma de pensar y actuar ante determinados acontecimientos.

Cuando somos capaces de entendernos y comprender nuestras respectivas circunstancias, somos capaces de reconocernos a nosotros mismos y también podemos reconocer la existencia de diferentes modos de pensar, actuar y expresar emociones.

La convivencia humana requiere la disposición de cada individuo para aportar a los demás sus propias habilidades, capacidades, conocimientos, inquietudes y aspiraciones; asimismo, las actitudes hacia los otros, como la tolerancia, la cooperación, la reciprocidad y la consideración, constituyen disposiciones sociales que posibilitan la convivencia armónica y productiva de todos.

La convivencia humana entre distintos grupos sociales, como la familia, escuela, amigos, etc., han dado lugar al establecimiento de reglas, normas y valores con el fin de crear un ambiente de entendimiento, armonía, apertura y solidaridad, en el que los conflictos se resuelvan mediante la negociación, el diálogo y la razón.

Fuente:
Reyna Villegas. 2003. Convivencia. En Biblioteca juvenil Ilustrada (II, 6-7) México: Santillana.