La familia: nuestro principal soporte emocional

Psic. Elizabeth Fernández Fernández

“No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la legamos a nuestros hijos” El principito. Antoine de Saint-Exupéry

¿Cuántas veces no hemos escuchado la frase “Uno regresa a donde fue feliz”?... y muchas de las ocasiones pensamos y regresamos con nuestra familia en momentos tristes o de preocupación. Puede ser que tengamos un problema en el trabajo, o una discusión con nuestra pareja, o una dificultad con algún amigo o amiga… y finalmente recurrimos a algún miembro de nuestra familia. Desde que somos bebés, se empieza a construir ese vínculo irrompible de la familia, iniciando por la mirada de mamá, de papá, hermanos, abuelitos y demás, también con caricias, mimos, apapachos, juegos, etc. Por ello es tan importante el contacto emocional y físico en la familia desde niños. La familia se convierte en el principal recurso y soporte emocional que tenemos para estar y ser día a día, y cada día es una oportunidad para fortalecer esos lazos.

En ella, se crean los lazos afectivos más fuertes y sólidos, aun con las diferencias que pueda haber entre sus miembros, pero los vínculos que se construyen con nuestros hermanos, padres, madres… son prácticamente irrompibles y siempre presentes. La familia constituye los cimientos de la persona en todos sus ámbitos en que se vaya a desarrollar, ya que en ella se forman hábitos, las primeras reglas y aprendizajes, se enseñan y se transmiten valores que serán la base para desarrollar el estilo de las relaciones interpersonales y el comportamiento en la sociedad.

El mayor soporte emocional que tenemos son esos vínculos familiares, ya que nos brindan seguridad y autoconfianza para enfrentar los problemas. Habrá momentos en que, por diversas circunstancias, las familias van tomando cierta distancia, sin embargo, sabemos que los lazos familiares siguen presentes y están en nuestra constitución como personas.

Cuando hablamos de apoyo familiar, es importante diferenciarlo de la sobreprotección, pues en ocasiones como hijo o hija esperamos que los papás nos den todo como una muestra de apoyo, o al revés, los papás creemos que dando todo a los hijos, estamos apoyándolos, sin embargo, hay que reflexionar que la valoración y aceptación de cada miembro de la familia con sus cualidades, habilidades, defectos, etcétera.Permitirá a cada uno, reconocer sus errores, enmendarlos, y así, crecer y desarrollar la independencia, la autoestima y la fortaleza emocional.

Y en este mes de la celebración de la familia, ¿cómo piensas celebrar valorando a tu familia? Es un buen momento para continuar fortaleciendo los vínculos familiares: acércate a tu mamá, hijo, abuelita, papá, hija o hermano, abuelito, para decirle y demostrarle tu agradecimiento y amor, puedes hacer una cena-brindis familiar, escribe una notita o una carta para algún integrante de la familia, prepara el desayuno o la merienda con lo preferido, realiza un dibujo o una pintura de tu familia, etcétera, seguramente a ti se te ocurrirán muchas opciones más crecer, compartir y convivir el familia, fortaleciendo así el vínculo emocional en tu familia.

Y recuerda, no importa si eres niño, niña, adolescente, joven o adulto: “La triple C familiar: Convive, comparte y crece en familia