Ser padre o maestro y poder ser amigo

Profr. Carlos Andrés Hernández

Hoy en día, la labor educativa representa un reto muy grande para todas las personas que se enfrentan a este ámbito. Pero esto no es algo nuevo, cada tiempo en su momento a implicado un esfuerzo muy diferente por estar a la altura de cada una de las necesidades y sobre todo de poder dar respuesta más asertiva al contexto. Como educadores salesianos tenemos el ejemplo de San Juan Bosco quien supo no solo dar respuesta en su tiempo, sino de trascender al grado de crear todo un sistema educativo que con el paso de los años sigue dejando huella en miles de jóvenes y educadores. La intención de este artículo no es hablar de los elementos más representativos que conforman el sistema educativo salesiano, sino de evidenciar y tratar de explicar uno de los rasgos que Don Bosco utilizaba para poder ganarse poco a poco el corazón de sus destinatarios y así cumplir con el objetivo de educar.

Para poder abordar el núcleo del tema hay que recordar una de las escenas que marcó el rumbo de la vocación de Don Bosco: El encuentro con el joven Bartolomé Garelli. Siendo éste un adolescente huérfano y abandonado se encontraba peleando con el sacristán de una capilla quien le reclamaba y trataba de golpear por pensar que el muchacho tenía intenciones de robarle, en ese momento Don Bosco interviene en la discusión y le pide al sacristán no agredirle ni ofenderle de tal forma por el hecho de que el joven era su amigo. Ésta pequeña acción para el muchacho representó un gesto de amistad muy profunda porque, aunque en realidad no se conocían él descubrió que las intenciones de aquel sacerdote eran de ayudarlo. El resto de la historia culmina en síntesis con un momento en el que dicho joven a partir de ese día se convierte en un fiel seguidor y amigo de Don Bosco.

Si tramamos de desglosar uno de los hechos de esta historia descubriremos que Don Bosco fungió como una persona que conocía a dicho joven, con la única intención de ayudarlo para así ganarse su confianza y posteriormente poder intervenir de una mejor manera. En este sentido encontramos este recurso que como educadores puede servir bastante. Hay que tener presente que de forma consciente o no, jugamos diferente tipo de roles, en el caso de ser padres de familia alguien se convierte en la figura de autoridad o límite mientras que por otro lado viene la parte más consentidora (apapacho). Esto en un ambiente escolar también cobra vida ya que Don Bosco consideraba que deben existir estas dos figuras para garantizar el buen proceso. Sin importar que seas padre de familia, algún familiar o educador lo importante aquí será el poder tener la capacidad de utilizar este recurso “AMISTAD”, para poder ir más allá en todo lo que implica educar. 

Habrá que conocer lo que representa dicha palabra para poder entender con más profundidad el significado de la misma. El diccionario de la real academia española RAE, nos dice que la palabra amistad se define como “Afecto personal, puro y desinteresado compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Podemos entonces concluir que el acto de Don Bosco con aquel muchacho no fue un suceso superficial sino fue un gancho de amistad que culminó en el fortalecimiento de la misma al grado de poder conseguir su objetivo: Educar. Sabemos que el contexto en el que se vivía en Italia por aquellos tiempos era diferente en cuanto a las necesidades primarias de las que carecían muchos jóvenes. Hoy que nos encontramos en el año 2022 podemos descubrir que la pobreza se sigue reflejando no en el sentido monetario quizás sino en lo que respecta a la pobreza del corazón, misma que Don Bosco veía en sus destinatarios y que lo impulsó a ir más allá. Pongamos nuestra vocación y misión en las manos de Dios para que nos ayude a crear estos lazos profundos de amistad que sirvan como puente para seguir educando a nuestros destinatarios.